La construcción civil es una actividad que abarca diversas acciones, y la mayoría de ellas no son sostenibles. Solo la extracción de materias primas del hormigón convencional—agua, arena, piedras, además de sustancias calcáreas y arcillosas—ya representa un problema ambiental importante. Sin embargo, es el descarte inadecuado del concreto producido lo que genera los impactos más negativos en la naturaleza.
Se estima que actualmente el 10% de todo el material entregado en las obras se desperdicia debido a deficiencias en los procesos constructivos. De esa cantidad de residuos, el 90% podría reciclarse. Desafortunadamente, en Brasil solo el 5% de los escombros pasan por un proceso de reciclaje. No obstante, estudios recientes han demostrado que el concreto es un material reciclable. Por tanto, con el avance tecnológico, es probable que este escenario cambie rápidamente, volviendo las construcciones mucho más sostenibles. A continuación, explicamos cómo sería posible.
“En promedio, entre el 2% y el 3% de todo lo que produce una concretera regresa a las plantas y se descarta como residuo. Estimando una producción nacional de concreto premezclado de cerca de 40 millones de m³/año, se generan aproximadamente 1 millón de m³ de residuos en todas las concreteras de Brasil.”
– Ingeniero Luiz de Brito Prado Vieira, consultor de I+D de Votorantim Cimentos, en Mapa da Obra.
Beneficios del Reciclaje del Hormigón
Reciclar concreto consiste en reutilizar residuos de una construcción o reforma para sustituir parcial o totalmente los materiales en una nueva mezcla. Ya existen registros de obras que utilizaron hormigón reciclado en estados como São Paulo y Río de Janeiro. Los beneficios son numerosos, especialmente para el medio ambiente. Primero, se reduce el uso de recursos naturales. Segundo, disminuye la contaminación en los grandes centros urbanos, al reducir la emisión de gases contaminantes.
El concreto reciclado es una excelente solución para el destino de los residuos generados por la construcción civil y puede aplicarse en múltiples usos. Por ejemplo, la técnica RCD (Residuos de Construcción y Demolición) permite utilizar ciertos materiales como alternativa para la ejecución de capas base. Esto se relaciona con el estudio del investigador Daniel Simiele, de la Universidad Estatal Paulista, quien desarrolló una forma alternativa de producir hormigón. Su método puede emplearse en capas para vías de tráfico vehicular o bloques intertrabados para pavimentación de aceras.
Tipos de Hormigón que Pueden Ser Reciclados
Prácticamente todos los tipos de concreto pueden ser reciclados, tanto en estado fresco como endurecido. Los más comunes son los residuos de plantas dosificadoras y los provenientes de RCD. Las excepciones son bastante claras: no se puede aprovechar concreto pigmentado o con sustancias contaminantes, como sulfato de calcio, madera o vidrio, que comprometen las propiedades de la nueva mezcla. En la fabricación de elementos estructurales, se requiere mayor cuidado en la dosificación. Un estudio detallado puede indicar mejor la resistencia real, durabilidad y capacidad de deformación sin fisuras.
Cómo Se Recicla el Hormigón
Existen equipos específicos para reciclar el hormigón. En Alemania, científicos del Instituto de Física de las Construcciones de Holzkirchen desarrollaron una técnica de fragmentación electrodinámica, donde descargas eléctricas implosionan los componentes residuales. Sin embargo, este no es el método más utilizado en recicladoras o en obras. El proceso más común es la trituración del material mediante trituradoras de mandíbula o de impacto, diseñadas para este propósito. Adquirir y mantener este tipo de equipamiento, así como contar con el espacio físico necesario, suele ser el mayor desafío para pequeñas constructoras.
Las plantas especializadas en reciclaje de concreto necesitan tanto infraestructura como mano de obra técnica calificada. Funcionan como pequeñas canteras. El material llega a la planta en camiones, donde pasa por cintas transportadoras y trituradoras para su fragmentación y separación.
Luego, atraviesa tamices y clasificadores granulométricos, donde es lavado, cribado y clasificado. El producto final muchas veces se asemeja a una arena gruesa, lista para ser reutilizada en la producción de nuevo concreto. El agregado reciclado se mezcla con arena, agua y cemento para formar concreto fresco.
“Agregar hasta un 25% de agregado reciclado al agregado convencional no afecta la calidad del producto.”
– Tarcísio de Paula Pinto, consultor en gestión de residuos de la construcción, en entrevista a PiniWeb.
Fuentes: Arch Trends, Pensamento Verde, Mapa da Obra, PiniWeb