Quedaron atrás los tiempos en que la gestión de obras se realizaba por personas con poco conocimiento técnico o tecnológico. Desde el presupuesto hasta la planificación, ejecución y uso de tecnologías, el proceso de la construcción civil ha evolucionado mucho y muy rápido.
Desde las herramientas hasta la forma de gestionar un proyecto, muchas cosas están cambiando. Basta con observar algunas obras en las calles para notar cómo ha cambiado el entorno, desde pequeñas constructoras hasta grandes desarrolladoras: se ve una transformación en la estructura y en los tiempos de construcción.
Presupuesto: donde todo comienza
Según el SINAPI (Índice Nacional de la Construcción Civil de Brasil), tras una gran variación en 2016, los costos de construcción se estabilizaron. Sin embargo, el país aún no muestra una estabilidad real en los costos, lo que compromete aún más la elaboración de presupuestos precisos.
Un gráfico de FIESP sobre la variación del SINAPI entre 2014 y 2018 refuerza este punto.
Un estudio realizado por la consultora Deloitte con constructoras muestra una desviación media del 21,7% entre lo presupuestado y el costo real de una obra, lo que evidencia que la imprecisión presupuestaria representa un alto riesgo para el proyecto.
Costos: una fuente de oportunidades
Un término importante al hablar de costos es stakeholders, es decir, todos los involucrados en una obra. Existen múltiples posibilidades de tercerización en todas las etapas, desde el proyecto hasta la obra, lo que puede generar desalineación y desorganización si no se gestiona correctamente.
Por eso, es fundamental tener en cuenta dos áreas clave del proyecto:
- Planificación: debe tener una visión holística y dimensionar los costos con la mayor precisión posible. Saber cómo y cuándo deben llegar los insumos y contar con socios confiables para cumplir las entregas.
- Compras: debe saber evaluar la relación costo-beneficio. Lo más barato no siempre es lo mejor, y la logística del proveedor puede afectar negativamente todo el cronograma.
Planificación: donde reside el éxito del emprendimiento
Una buena planificación considera el cronograma, pero también aspectos clave como:
Responsabilidad ambiental:
Los residuos sólidos son uno de los grandes problemas de la construcción civil en todo el mundo. Pensar en cómo y cuándo desecharlos, así como en las posibilidades de reutilización, no solo es una cuestión ambiental, sino también de costos y de eficiencia práctica.
Responsabilidad laboral y social:
Más allá de una obligación legal, la gestión con enfoque humano es cada vez más relevante. La mano de obra también consume tecnología y puede mejorar su desempeño con su uso. Por eso, considerar los derechos laborales y facilitar el acceso a la tecnología mejora la gestión.
Responsabilidad con el consumidor:
El consumidor actual ha cambiado y exige que las empresas y proyectos estén alineados con sus valores. Esto impacta no solo la entrega final, sino todo el proceso constructivo. Cumplir los plazos ya no es suficiente: es necesario entregar más, con calidad y estrategia, desde la obra hasta el marketing.
Responsabilidad financiera:
Los recursos financieros son siempre sensibles. Desde la variación de precios de materiales hasta el pago de equipos y proveedores, el cuidado con los costos puede definir el éxito o fracaso del proyecto. Por eso, el uso de herramientas de planificación y monitoreo es clave para el crecimiento de constructoras y desarrolladoras.
Cronograma: del presupuesto a la ejecución
Con el planeamiento listo y los involucrados alineados, llega el momento de estructurar un cronograma de pagos, entregas, contrataciones y ejecución.
Una excelente forma de mantener todo esto alineado es mediante el uso de tecnologías como BIM, que permite visualizar en tiempo real en qué etapa debe estar la obra y, si no está, entender los cuellos de botella encontrados, permitiendo ajustes o mejoras en futuras planificaciones.
Tecnología en la obra: de la oficina al campo
La transformación digital es parte de nuestro día a día. Basta pensar en cómo pedíamos pizza o veíamos televisión hace unos años y cómo lo hacemos hoy.
En la construcción civil no es diferente. Aunque es un sector tradicional, no es ajeno a la tecnología. Al contrario, la adopta como herramienta para capacitar profesionales, reducir costos y agilizar procesos.
Entre las muchas herramientas existentes, destaca BIM, que acerca el presupuesto y la planificación a la realidad. En su formato 4D, permite una visualización detallada del cronograma de la obra. En 5D, añade la gestión de costos, permitiendo no solo planificar, sino también gestionar toda la obra.
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